En manos del alfarero

En manos del alfarero


Jeremías 18:1-4


Introducción


Dios usa diferentes ilustraciones para describir su relación con su pueblo.


El habla de la relación de:


El pastor y la oveja; El esposo y la esposa; Un padre y sus hijos, etc.


Todas esas son ilustraciones que resultan de mucha bendición para nosotros, porque nos enseñan importantes lecciones, sobre la vida, sobre nosotros mismos y sobre nuestro Señor.


Vamos a considerar en esta oportunidad, la relación Alfarero y Barro, con el anhelo de que Dios nos hable igualmente, y seamos edificados.


Casi todo el mundo sabe lo que es un alfarero. El alfarero es una persona que moldea el barro para hacer con él diversos objetos. Antiguamente los alfareros trabajaban el barro con las manos, dándole diferentes formas. El barro era puesto sobre una tabla circular que estaba unida por un eje central a una rueda más grande, cerca del suelo. El alfarero, al hacer, girar con los pies la rueda inferior, hacia girar también la rueda superior, y con las manos, moldeaba el barro que giraba. Así, los utensilios de barro eran hechos según la voluntad del alfarero.


Dios es el Alfarero y tiene un plan para cada vida


Consideremos que para recibir la palabra necesitamos ir a la casa del alfarero y si Dios es el alfarero necesitamos ir a la casa de Dios…la casa de Dios es la iglesia…debemos congregarnos, asistir a la iglesia para escuchar palabra de Dios…es aquí en la casa de Dios donde el nos habla a cada uno de nosotros, donde estamos en comunión con el.


1. El plan del alfarero:


El alfarero tiene un plan perfecto para el barro; el ve en su mente un producto terminado. No fabrica lo que salga, ya tiene en mente el utensilio que a diseñar, y para que función, cada vaso es hecho de acuerdo con un diseño especial, él fabrica muchos utensilios de diferentes formas, tamaños, dimensiones, pero su objetivo es único; que cada utensilio sea una pieza valiosa, útil y de gusto al publico.


2. El Plan de Dios:


Dios obra de igual modo con nosotros, tiene un propósito, una vocación diferente, pero especial para cada vida. Él es el alfarero. Nuestras vidas no están en manos de un destino ciego…están en manos de nuestro creador y no solo nuestro creador, si no también nuestro padre y tiene un interés personal en nuestras vidas. Dios tiene preparado algo que nosotros no podemos ver; pero Él nos promete que será maravilloso, 1ª Corintios 2.9


Y si Él nos promete que será maravilloso ¿por qué no dejarnos moldear y permitir que su plan se cumpla en nosotros?


Desde antes de la fundación del mundo, Dios pensó en cada uno de nosotros, el trazó un diseño especial acerca de nuestra vida y lo que El prometió lo va a cumplir, cuando un niño nace los padres imaginan lo mejor para este niño, el mejor futuro, la mejor educación, usted y yo también formamos parte del sueño de Dios. De la misma manera Dios está empeñado en bendecirnos, El ha determinado prosperarnos, El está obsesionado en cumplir Su propósito en nosotros, El quiere culminar la obra perfecta en nuestro corazón, nosotros no podemos rehuir de la mano del Alfarero, es necesario y prioritario que pasemos por las manos Dios.


Nosotros somos el barro


Isaías 64:8


La cualidad mas importante del barro es que se somete a las manos del alfarero y si no se somete se arruina.


Dios quiero que seamos buenos y útiles. Tenemos que someternos a Dios nuestro alfarero y dejarnos moldear por él, dejarse moldear es cooperar, en la oración, en la meditación de su palabra, la obediencia a su voluntad y que nos rindamos a sus tiernas manos para que nos moldee.


Nuestro Señor, el Dios Creador de los cielos y de la tierra, hizo muchas obras maravillosas. Sólo tenemos que mirar la naturaleza para engrandecer a Dios como el más grande artista que jamás haya existido ni existirá. ¡Qué creación maravillosa realizó Dios, llenando el universo de tantas cosas dignas de admiración: los planetas, las estrellas, los animales, las aves, las plantas, el hombre! Sin embargo, entre todas las obras, hay una que Dios considera Su obra maestra. ¿Qué obra es esa? Leamos Efesios 4:11-12. Por tanto, la obra en la cual Dios está trabajando es la edificación del Cuerpo de Cristo. Esta es la obra maestra de Dios. No existe ninguna obra en el universo que pueda compararse a esta. Dios está moldeando a las personas, así como el alfarero hace utensilios de diferentes formas, Dios también moldea cristianos con diferentes capacidades, Él hace pastores maestros…etc. Con cada uno de los miembros del Cuerpo de Cristo, para que con ellas, pueda edificar este Cuerpo.


Anhelemos ser moldeados por Dios, pues sólo así este simple barro que somos y que un día volverá a la tierra, transmitirá la belleza de su creador… la verdadera belleza.


La Rueda son las circunstancias de la Vida


En la vida nosotros enfrentamos día a día adversidades, hay circunstancias duras que vienen a nuestras vidas, pueda que hoy nos encontremos en alguna de ellas, pueda que esas adversidades vengan mañana o quizá pasado mañana. Estas circunstancias son la Rueda de Dios para hacernos a la presión de la mano del alfarero y si no nos resistimos y si nuestra voluntad no echa a perder el trabajo del alfarero, si no murmuramos, si no nos quejamos y nos sometemos al trabajo del alfarero, entonces la presión será quitada y los problemas se solucionaran y el vaso tomará la forma que el alfarero quiere darle; pero si nosotros nos resistimos, si nuestra voluntad es como una basurita en el barro que no permite que el alfarero pueda moldearla como debe; entonces el alfarero tendrá que quitar esa basurita que está estorbando, volverá a amasarlo y lo pondrá una vez mas en la rueda.


La rueda es símbolo de aquel lugar donde Dios quiere tratar con nosotros, la rueda representa la escuela de Dios, el método de Dios, la rueda son todas aquellos acontecimientos que pasan en nuestras vidas que tienen un objetivo determinado que no entendemos. Es en la rueda donde Dios comienza a moldearnos, a darnos la forma correcta, es allí donde El quiere perfeccionarnos.


Dios está trabajando con la rueda celestial, que ese es el tiempo en el cual Dios nos está puliendo, es el tiempo en el cual esta imprimiendo su carácter en nosotros, nos está moldeando de acuerdo a su voluntad, nos está dando su toque personal, quiere hacer de nosotros su mejor obra y lo mas importante es que todo está bajo su control. ¡Y aquí esta el problema! No nos gusta pasar por el taller del alfarero rehuimos a la “rueda de Dios” porque es un proceso de obediencia, de morir a nosotros mismos y como que no nos gusta perder el control, ni el manejo de nuestras vidas, como que siempre queremos ir por otros caminos, nos creemos autosuficientes.


El Utensilio puede dañarse mientras se fabrica.


En el caso del alfarero puede dañarse por defectos de la masa, por haber tomado poco barro, o por haber cambiado de designio.


Un vaso no puede ser moldeado si el barro está seco, porque cuando está duro se quiebra. Por tanto, durante el tiempo del moldeo, el barro debe ser frecuentemente mojado.


Espiritualmente hablando, sucede también lo mismo: muchas veces sentimos que nuestro corazón está endurecido, sentimos que nuestro corazón se esta secando, sentimos unas grietas en nuestras vidas espirituales y sentimos que todo se derrumba.


En nuestras vidas hay una gran diferencia, porque el barro no puede automoldearse por si solo, es pasivo en manos del alfarero, no tiene voluntad propia, no puede elegir la clase de vasija que habrá ser, no decide mojarse a si mismo.


Nosotros por el contrario tenemos voluntad propia, nosotros mismos somos los que nos resistirnos al divino maestro y alfarero, nosotros echamos a perder sus designios lo que Dios tiene preparado para nosotros y todo por nuestra culpa, por nuestro pecado, por nuestra desobediencia, por rebelarnos, por hacer planes fuera de la voluntad de Dios.


¿Cuántas veces nos hemos echado a perder en sus manos? ¿Cuántas veces hemos sentido esa sequedad en nuestras vidas? En este día pensemos ¿Qué es lo que nos está echando a perder? ¿Qué es lo que nos hace sentir secos de corazón? ¿Será la TV? ¿Será la relación con nuestra familia? ¿Será el trabajo, el estudio?


Meditemos, y si hay algo que nos está echando a perder, si hay algo que nos haga sentir que nos estamos quebrando y pensamos que ya no hay remedio. Hay solución.


Una vida dañada puede ser rehecha


El alfarero cuando se le estropeó la vasija no tiró el barro…el volvió a rehacer su obra.


Dios siempre está dispuesto a darnos una segunda oportunidad, quizás ya no con el propósito original que él tenía, pero tendrá otro propósito, otro plan en el cual también seremos vasos útiles para el señor. La paciencia del divino alfarero hace maravillas, para que lo que en nosotros este echado a perder, el señor lo haga nuevo, porque lo que esté echado a perder a nadie le gusta, pero un utensilio bien elaborado es de gran valor.


Pero para eso necesitamos invocar el nombre del señor, debemos permanecer voluntariamente en las manos del Dios. Cuando sintamos que nos estamos quebrando, secando, corramos inmediatamente a la fuente de agua viva, pues sólo entonces podremos ser dóciles, y no correremos el riesgo de ser quebrados. Ahí el alfarero nos mojara y nos regará con el agua viva. El Señor es el manantial, la fuente de agua viva que fluye para saciar la sed y para moldearnos, porque ¿Cómo podrá moldear el barro duro sin quebrarlo?


No podemos ser personas secas, debemos estar siempre bebiendo del agua viva y entonces seremos como el barro dócil, fácil de ser moldeado. Necesitamos constantemente permanecer en Dios y si llegamos a quebrarnos arrepintámonos y Él nos hará un vaso nuevo y útil.


No importa lo que hayamos hecho en el pasado, Dios puede volver a moldear de nosotros una vaso útil y de valor para el servicio del señor.


Preparándonos para el Horno


Después viene la etapa final en el cual nos tenemos que someter a diversas pruebas.


Todo vaso debe pasar este nivel si desea ser usado por Dios.


¿Sabes lo que les sucede a las vasijas de barro cuando ya han sido formadas? Se ponen al fuego, donde son cocidas y endurecidas.


Ninguna vasija sirve para algo mientras no haya atravesado el horno.


Como la vasija, nosotros también somos puestos al fuego, el horno de las luchas y adversidades de la vida.


No nos gusta el horno, es muy caliente. Aparentemente intolerable y si no soportamos esa prueba, podemos arruinar los resultados del proceso de formación de nuestras vidas espirituales.


Y no quisiéramos rompernos y ser inútiles ¿Verdad? Entonces debemos perseverar y permanecer firme.


Finalmente, cuando el horno es abierto y la vasija, o sea nosotros, sea sacada del horno, descubriremos que dos maravillosas cosas han sucedido.


Primero, que la vasija (nosotros) ha ganado fortaleza, y segundo que la vasija (nuestra vida) ha ganado belleza y color que ha sido fijado para siempre.


Pasar por el horno no es fácil, muchas veces nos quejamos, como le paso a Job:


Job 10:8-9…Job estaba reclamándole a Dios por todo lo que el estaba pasando, por las calamidades que atravesaba… Job al pasar por el horno del dolor, aprendió a quedarse callado, se dio cuenta que Dios tenía preparado algo mejor para él. Job 42:2-4… En otras palabras lo que Job estaba diciendo era: Ahora Tú mandas, Tú eres el jefe, El alfarero, El que tiene la última palabra.


Rehace mi vida señor, hazme conforme a tu voluntad. Y Dios le bendijo y le aumento al doble de lo que tenía.


¿Cuantas veces nos quejamos por las pruebas que estamos pasando? ¿Cuántas veces culpamos a Dios por calamidades que llegan a nuestras vidas?


Cuestionando a Dios ¿Por qué? ¿Por qué Dios nos prueba?


Dios nos prueba porque el quiere establecer nuestro valor, moldea nuestro carácter, la Biblia dice que la prueba produce paciencia.


Entonces así como el vaso pasa por el horno, para ser finalizado y ser una pieza útil y de valor, así también nosotros necesitamos pasar por las pruebas para llegar a ser unos vasos útiles para honra y gloria de Dios.


Necesitamos tomar la actitud que tomó Job y decirle al señor… Tu mandas…Tu eres mi jefe…hazme conforme a Tu quieres que sea.


Conclusión


¿Estamos en las manos del Alfarero o nos hemos salido de ellas? ¿Nos estaremos resistiendo a la voluntad de Dios?


Es necesario entonces que nos acerquemos a Dios para que el haga de nosotros un vaso de barro hermoso y útil, Dios tiene un propósito para nuestras vidas. El alfarero hace diferentes utensilios de barro, pero todos son útiles. Así mismo Dios nos moldea a cada uno con diferentes capacidades pero útiles para el servicio de Él.


Una vez terminado el utensilio, algunos servirán para dar agua de beber a los demás, otros para diferentes servicios, pero todos son útiles.


Por que una cosa es cierta, Dios nos usa para Bendecir a los demás, para servir y no importa que seas el más feo, o que seas el más insultado en tu lugar de estudio o trabajo, pues te darás cuenta que todas las cosas que nos suceden, nos ayudan a bien, si estamos con Jehová de los Ejércitos.


Dejemos que Dios moldee nuestras vidas a su voluntad para que nos convierta en vasos útiles y hermosos para el servicio del Alfarero de alfareros, del Rey de reyes y Señor de señores.


Si como barro somos tratados fuertemente, aprendamos a reposar en el Señor, ya que Dios tiene un plan perfecto y hará de nosotros un buen vaso.


Cuando nos encontremos listos para pasar al horno de la prueba, el fuego consumirá todo aquello que ni nosotros mismos sabemos que teníamos.


Y entonces seremos vasos preparados y útiles para el servicio del Alfarero, de nuestro creador y padre, Dios.