Una elevada visión

Una elevada visión


¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas? El que camina en justicia y habla lo recto; el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos para no recibir cohecho, el que tapa sus oídos para no oír propuestas sanguinarias; el que cierra sus ojos para no ver cosa mala; éste habitará en las alturas; fortaleza de rocas será su lugar de refugio; se le dará su pan, y sus aguas serán seguras. Tus ojos verán al Rey en su hermosura; verán la tierra que está lejos.” (Isaías 36: 13-23)


Si las cosas no han cambiado una visión 20/20 sigue siendo la ideal, pero también existe otra clase de visión y es la que nos permite ver lo invisible, creer lo increíble y recibir lo imposible. Dios es su Palabra constantemente nos instruye para que aprendamos a concebir una visión, una más elevada visión que nos permita ver la vida, las circunstancias y el futuro desde la perspectiva divina. Los grandes triunfadores han sido personas que han tenido una visión sostenida a lo largo de la vida, esta visión les ha permitido ir más allá de los límites, superar los obstáculos, obtener los mejores resultados y alcanzar las más ricas bendiciones. José en Egipto era mucho más que un adivino o un soñador, era un visionario, Dios le había dotado de sabiduría y conocimiento. Sus capacidades estribaban precisamente en su reverencia hacia Dios, sus aciertos y destrezas administrativas estaban respaldados por el entendimiento de los planes de Dios. La imaginación como dijo Eisnten, es más poderosa que el conocimiento, y es que la imaginación creativa conduce a la visión, y la visión es la promotora de hacer realidad los grandes proyectos.


La Palabra de Dios dice en el libro de Proverbios que donde no hay visión el pueblo se extravía, la razón precisamente es que no hay concepción de una plan para progresar, se vive por vivir y se fracasa por falta de proyectos. En lo personal ocurre lo mismo, si una persona no tiene definidas sus metas y proyecciones tarde o temprano el colapso se habrá de dar. Dios da la visión a su pueblo para que caminen en pos de ella, les inspira y capacita que alcancen lo objetivos deseados. La responsabilidad nuestra es responder sin evasivas a la visión que Dios da. La Biblia abunda en ejemplos inspiradores acerca de personas utilizadas por Dios para la consecución de grandes ideales, por ejemplo Dios le dio la visión y las medidas del arca a Noé y él se lanzó a la construcción. Dios le trasmitió la visión a Abraham acerca de la tierra y la simiente, y él sin pensarlo dos veces obedeció a Dios y salió en busca de las promesas. Dios le dio al Nehemías la visión de la reconstrucción de ! los muros derribados y él emprendió la empresa.


A Pablo Dios le dio la visión de ser el apóstol al mundo gentil con el mensaje transformador de evangelio, y hasta el día de hoy se continúa proclamando esas buenas nuevas. Sin lugar a dudas a cada uno de nosotros Dios nos ha dado una visión, un ideal, un sueño por el cual vivir y un porvenir por alcanzar. Las semillas de la imaginación deben ser sembradas todos los días, sigo insistiendo en que si hay siembra habrá cosecha. Edison concibió en su mente que se podía generar energía para producir luz eléctrica, es su mente estuvo la idea y después de muchos intentos la idea se plasmó en realidad. Los grandes adelantos y descubrimientos de hoy una vez fueron apenas visiones, una vez se pensó en idear la cámara para obtener retratos, y hoy en día valiéndose del mismo principio se han podido recibir fotos hasta del planeta martes. Una vez se pensó que se podía confeccionar un artefacto que volara y a la fecha se ha ido mucho más allá de las preconcepciones viviendo en la era espacial.


Tu puedes ser la persona ideal si tan solo se atreve a soñar, tú puedes ser la persona que se necesita para el logro de grandes objetivos si tan solo pones tu confianza en el poder de Dios. Lo que necesitas es concebir la visión, la visión para tu vida, para tu hogar, para tu iglesia, y aún para el mundo en que vives. No permitas que el conformismo, el desánimo o el temor te hagan perder la visión antes de concebirla; no permitas que el pecado y sus bajas pasiones impidan que te realices como Dios quiere. Descubre el plan de Dios, concéntrate, aíslate temporalmente sin es posible, a fin de que el ruido y las luces no te echen a perder la visión de Dios. De no tener una visión, la vida está condenada al fracaso y a la esterilidad, se carece de propósito y significado, y por lo tanto el colapso es de carácter irrevocable.


Es necesario por lo tanto que te pongas en marcha, pide dirección a Dios, ora con fe y con insistencia para que la visión no se haga esperar, determina el rumbo, haz planes para triunfar bajo la dirección de Dios, y asegúrate de no ser una persona egoísta, comparte las bendiciones, favorece a otros, que el triunfo de los demás te cause alegría y contribuye a la superación de otros. Si tu vida armoniza con los planes de Dios tendrás la suficiente energía y entendimiento para proseguir, las promesas divinas vienen a ser el oro que no se corrompe y que siempre estará a tu alcance. A través del profeta Dios asegura que el que camina en justicia y habla lo recto, el que aborrece la ganancia deshonesta, el que sacude sus manos de no recibir cosas mal habidas, el que tapa sus oídos para no oír propuestas perversas, el que cierra sus ojos para no ver cosas malas; éste habitará en las alturas, fortaleza de rocas será su lugar de refugio, se le dará pan y sus aguas nunca faltarán. Sus ojos, -continúa la promesa- verán al Rey en su hermosura, verán la tierra que está lejos” (Is 33 )


Tu vida y la vida de tus seres queridos puede ser altamente bendecida si concibe la visión que Dios tiene para ti, concibe tu también un sueño. Lee la Palabra de Dios y descubre la manera en que Dios habla a sus siervos, agudiza la visión, visualiza a lo grande. No te diluyas, ni se opaque tu brillo, el Señor es tu ayudador y él es quien da nuevas fuerzas al cansado. Aún hay espacio para que los ancianos sueñen sueños y los jóvenes vean visiones (Joel 2.28) Dios continúa hablando y revelándose a su pueblo.


Nuestra iglesia puede llegar a ser una iglesia viva y con un ministerio fecundo si mantenemos una visión elevada de lo que es el reino de Dios insertado en nuestras familias y comunidad. Las almas serán alcanzadas para la gloria de Dios, los hogares restaurados, los hijos enseñados en el camino verdadero. La cosecha será abundante si tan solo nos ponemos en marcha con la visión sostenida para el cumplimiento de la misión que Dios nos ha asignado. No seamos rebeldes a la visión celestial y aceptemos el desafío. Hoy no solamente es el primer día del resto de nuestra vida, sino que puede ser el más importante, si tan solo nos atrevemos a soñar, a tener la visión de Dios para nuestra vida y para el ministerio.