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Introducción:


Estando en el mundo podemos ser influenciados por el medio que nos rodea. Es por ello que Jesús ora y dice en Juan 17:15 “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes de todo mal”.


¿Qué es influencia?




  • Es causar a través de una cosa ciertos efectos en otra.



  • Es ejercer predominio o contribuir en algo o en alguien.



  • Es fluir en algo que esta fluyendo.


HAY DIFERENTES MEDIOS QUE NOS INFLUYEN.


A. MEDIOS ESCRITOS: ¿Qué esta captando nuestra mente? Fil. 4:8.


Todo lo que leemos queda grabado en nuestra mente y puede representar un Serio riesgo e incitar al lector a realizar actos y hechos pecaminosos. (Diario, Revistas, libros, fotografía e imágenes, publicaciones obscenas).


B. MEDIOS AUDIO – VISUALES.


El hombre es susceptible a las imágenes, es seducido por lo que ve. Mt. 22:23.


El cine: Los que hacen cine lo hacen con un propósito: influenciar en la vida De las personas. A través de los sentidos el diablo nos quiere engañar. Nosotros debemos elegir lo que nos conviene. 1 Cor. 6:12.


La TV. Lucas 11:34 “la lámpara del cuerpo son los ojo”.


La publicidad: transmiten mensajes que nos llevan a una conducta lejos del Orden de Dios, Ej. : cigarrillo; alcohol, libertinaje, etc.


Novelas: (teleseries que transmiten conductas inmorales como: adulterio, fornicación, homosexualismo, travestís, etc.)


Programas que inducen a las prácticas de ocultismo, Ej. : Astrología, hipnosis, regresiones, etc. )


Programas que inducen al ser humano a salirse de los principios Establecidos por Dios, Ej.: Feminismo, relativismo, divorcios, abortos, etc.)


Programas infantiles: Los que transmiten demonios a través del ocultismo (Dragón Ball Z, Pockemon, Tortugas Ninja, Teletubis, Power Ranger, los Pitufos, Los Trolls, Superman, Guerra de las Galaxias, etc.) La mayoría de ellos Transmiten conductas antisociales e inmorales.


Nota: Todos los juguetes que transmiten estos dibujos, influencian de alguna manera en la conducta de los niños. Esto es puertas abiertas que le otorgan poder legal al diablo para atarnos y hacer daño a nuestra familia.


Juegos de video: El Internet, el nintendo (debemos examinarlos)


C. LA MÚSICA.


Música es formación ordenada de sonido que producen en sonido agradable.


La música trae consigo un mensaje subliminal.


La música la creo Dios y es buena para el hombre, pero el diablo la ha convertido en un medio de manipulación. Ez 28:13. ¿Qué es subliminal? Es un mensaje dirigido al subconsciente y que luego el cuerpo responde, su objetivo es atrapar a la mente de las personas para inducirla a tomar las Decisiones.


La música con mensaje directos afectan nuestras vidas, nos crean ideas, nos Hacen surgir sentimientos positivos o negativos.


QUE MENSAJES TRANSMITEN LA MÚSICA NO CRISTIANA.


Dirigidas a los sentimientos: depresión, infidelidad, angustias.


Dirigida a la mente: Violencia, rebeldía, oposición a las autoridades a los Padres, amor y sexo libre, alcoholismo, drogas, etc).


¿ESTAS DISPUESTO A CAMBIAR TU ESTILO DE VIDA PARA AMAR Y SEGUIR A JESÚS?

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Efesios 4:11-16

Introducción: 

Es entendido y aceptado comúnmente que la vida cristiana no tiene su fin en el nuevo nacimiento, ya que esto solo es el inicio de un caminar o crecer “hasta que todos lleguemos…a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo (Ef 4:13). Cuando una persona acepta a Cristo; nace en la familia de Dios (Jn 1:11,12). Y su estado espiritual es el de un bebe. En la situación cada bebe espiritual esta en la capacidad de crecer, no de una manera deformada, sino integralmente así como “el autor y consumado de la fe” esto es Cristo. Por lo tanto la vida del Creyente tiene que ser Formada, Moldeada, y Grabada a la Imagen de Cristo. En términos generales se podría decir: que el carácter que Cristo reflejo en su estancia aquí en la tierra; debe ser el mismo que cada cristiano debe reflejar.

Para un mejor entendimiento de lo que es el carácter Cristiano lo definiremos bajo tres puntos:

I. Definición de Carácter 

a). La palabra Carácter viene del vocablo griego “Charakter” o “Charassa”, que significa Grabador. Y literalmente significa “ la marca grabada en una cosa que la distingue de las demás. Carácter Significa: Señal o marca que se imprime, pinta o esculpe. En el sentido de cualidad moral se refiere al modo de ser peculiar y privativo de cada persona. El modo de ser es el conjunto de rasgos y costumbres adquirido por herencia, salud, educación, amigos, el medio ambiente y otras influencias.

b). Cristiano: el termino “cristiano” viene del vocablo griego “ Cristianos” que significa perteneciente a la vida de Cristo. c). Resumiendo las dos palabras: Carácter Cristiano es grabar o esculpir la vida de Cristo en el Creyente, a fin de que refleje a Cristo en cada área de su vida.

II. Definición Bíblica 

En este punto analizaremos algunos términos Bíblicos que nos dan ideas claves acerca de la formación del carácter de Cristo en Los Creyentes

a). Crezcáis 1Pedro 2:2 Esta raíz griega “Auxano” que significa: “Crecer, aumenta, multiplicar”. Este termino se refiere al crecimiento saludable de un organismo, hasta dar el fruto deseado o esperado. En una planta ella debe de crecer hasta el momento de llegar a dar el fruto esperado, En un ser vivo, su crecimiento es hasta llegar al punto de reproducirse. La vida cristiana normal debe ser una vida de crecimiento. El plan de Dios es que el creyente avance de fe en fe (Rom. 1:17), Dé la infancia a la madurez hasta el punto de poder reproducirse en otras personas.

b) Formando o Transformar Gálatas 4:19; Romanos 12:2; Colosenses 1:27-28. Esta raíz griega “Morpho” que significa “Formar” En este termino esta implícito un cambio de carácter esencial a semejanza de Cristo. Nosotros concebimos la vida cristiana como una “vida Transformada”, pero no es eso. La vida que cristo nos ofrece es una “vida intercambiada”, en el sentido de que ya no es la nuestra, sino la de Cristo Reproducida o formada en nosotros. Esta no es una vida que tengamos que reproducir nosotros. Es la vida de Cristo reproducida en nosotros (Gal. 2:20). Con sus características y sus obras (Mat 11:29; Jn 14:12). La imagen de esta palabra es la de un alfarero dando forma o labrando la arcilla. (Is 45:9)

c) Vestirse o Revestirse Colosenses 3:10-15 El concepto que presenta Pablo en este termino es el de despojarse de la ropa sucia o viejo hombre (Características de la forma de vida antigua), y vestirse del Nuevo (las características del nuevo). Implica un cambio de actitudes según Cristo. (Rom. 13:14) Estos tres términos Crecer, formar, y vestirse son las bases principales para enseñar que la vida cristiana implica una semejanza con cristo o manifestar en nuestras vidas el carácter de Cristo.

III. Definición Descriptiva 

Carácter Cristiano es grabar o formar la vida de Cristo en el Creyente, a fin de reflejar a Cristo en cada acto nuestro y cumplir el propósito que Dios mismo ha marcado para nosotros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuvieres amor los unos con los otros Juan 13:35 esta es la marca grabada en cada creyente que en verdad a gustado de la gracia del Señor.

Conclusión: 

Por carácter cristiano se debe entender la semejanza nuestra con Jesucristo, lo que implica el reto más importante de la vida Cristiana, siendo también nuestro mayor objetivo. Ya que lo que nos identifica como hijos de Dios habitados por el Espíritu Santo no son los Dones, sino los frutos los cuales revelan que hay sabia Divina corriendo en nuestro Ser. Sea pues nuestra meta ser un retrato viviente de Cristo en esta tierra 1 Juan 3:2-3.

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Marcos 9:50 – Buena es la sal; más si aun la sal fuere desvanecida, ¿con qué se adobará?

Mateo 5:13 – Vosotros sois la sal de la tierra.


INTRODUCCIÓN:


La sal en los tiempos de CRISTO, tenia un valor y un concepto de fuerza muy grande.


1. Lo que Cristo hace es una invitación para que nos INTEGREMOS con la gente, así cómo, la SAL se INFILTRA con los alimentos.


2. La SAL era muy VALIOSA. servia de SALARIO.


3. El OTRO SENTIDO es que se relaciona con AMISTAD–FRATERNIDAD. (Actualmente los “Beduinos” en el desierto, se demuestran su aprecio a la amistad con una comida SALADA) *PACTO DE SAL. Levítico 2:13/ Números 18:19./ 2 Crónicas 13:5.


DESARROLLO:


Las palabras ANTERIORES de Cristo en relación a la SAL son las BIENAVENTURANZAS. (Todas las VIRTUDES que se señalan en la bienaventuranzas, están RESUMIDAS en la sal.)


Características de la SAL.


1. LA SAL PRODUCE SED. Que es lo que mas ud siente cuando va a la playa y ya tiene un buen rato allí?


La persona que entiende que EL no PUEDE, sino Cristo en el. Con su vida HARÁ DAR GANAS DE ESTAR CON EL. Para escucharlo y para que otros tengan SED del AGUA VIVA.


M.C. pag 70. “Cada verdadero DISCÍPULO nace en el reino de Dios como MISIONERO” ¿Cual es nuestra tarea?………….Satisfacer la SED de los que la necesitan……. NO.


Es la de PROVOCAR la SED para que otros vayan a la FUENTE DEL AGUA.


* ILUSTRACIÖN: Las cadenas de comida rápida. Sirven comidas con altos grados de sal porque eso provocara sed en los clientes y hará que consuman mas bebidas y eso les da mas ganancias.****


2.  LA SAL REALZA EL SABOR DE LOS ALIMENTOS.


-El Señor nos asigna una FUNCIÓN VITALIZADORA, hacer que otros vean la vida con Esperanza


-Muchas veces desollejamos a las personas con la biblia, (espada), lo que hay que hacer es realzar la Esperanza.


PABLO: Amplia la idea de la SAL.


Colosenses: 4:6. “Sea vuestra palabra SIEMPRE con GRACIA, SAZONADA con SAL”. Que hacemos con nuestras palabras. levantamos o hundimos a la gente.


O.E. pag 493. “Debemos cultivar la costumbre de HABLAR BIEN DE OTROS, el mismo acto de buscar mal en los demás, desarrolla mal en los que lo buscan”


Pregunto: Es fácil hablar bien de otros?


*ILUSTRACIÓN: LA viejita que se propuso no hablar mas mal de nadie.****


*SABIDURÍA DIVINA: Dios nos ha dado 2 oídos y una boca , para que escuchemos el doble de lo que hablamos.


En efecto: No hay nada mas llano, insípido, incluso mortífero, que los cristianos sin influencia, las vidas sin relieve, las palabras vacías, sin sentido, son cosas inútiles.


3. LA SAL DERRITE EL HIELO. (Lo que se hace en los países donde CAE NIEVE), efecto de la sal.


O.E. pag. 492: “Una religión fría y sin sal nunca traerá almas a Cristo” Si nosotros fuese mas bondadosos y Corteses se ganarían 100 almas donde solo se gana una.


Cual es nuestra función? DERRETIR EL HIELO, pero no a palazos sino con cariño. No andemos preocupados en COMO se VISTE LA GENTE, que COME, cuanto es lo que DA. Siempre nos quedamos en los ELEMENTOS EXTERNOS, y nos olvidamos de su NECESIDAD INTERNA. (Es el mismo error de los FARISEOS, no supieron reconocer ni a CRISTO.


Recuerde el refrán: “Errar es humano, reconocerlo; sobrehumano”.


4. LA SAL PRODUCE CURACIÓN: (aplicada en una herida, detiene la hemorragia) Muchas veces entre nosotros nos hacemos heridas, o la vida nos hiere.


2 Corintios. 5:18-20. “Y todo esto es de Dios……..” MINISTERIO DE RECONCILIACIÓN. Nuestra Misión es RECONCILIAR – SANAR.


“La iglesia es un hospital para PECADORES y no un museo para SANTOS”


Unidad en la Diversidad: **En un árbol cada hoja es distinta y hermosa.


ENTREGA TOTAL: *Ilustración**** “El chanchito y la gallina” Iban una gallina y un cerdito conversando por la calle, cuando se dan cuenta que han llegado a la esquina de Argentina y la 32 y ven allí el anuncio de un restaurante. Huevos con Jamón. Y la gallina se pone a hablar de lo importante que es servir a la sociedad, pero el chanchito mirando a la gallina y luego al cartel le dice” si, tu darás una parte de ti, pero yo me doy todo.


CONCLUSIÓN:


Juan 13:35. “En esto CONOCERÉIS TODOS, que sois mis DISCÍPULOS… -en que vayas a la iglesia con corbata. -en que des la ofrenda más alta. -en que seas vegetariano.


¡NO¡ en que tuviereis AMOR unos con los otros” TODO lo que HAGAS, si no es motivado por un AMOR GENUINO, producto de una entrega TOTAL, no vale un centavo. Seamos esa sal que Cristo quiere que seamos, no sea que PERDAMOS el SABOR y seamos echados FUERA. RECUERDE: Nosotros somos la sal, no la tenemos.. SOMOS.

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Hebreos 12:2-3


Durante el transcurso de la historia humana los distintos registros sobre personalidades se han llenado de hombres y mujeres que han dejado estampadas sus grandes proezas, sus conocimientos, su caudillaje, su potencial de superación y liderazgo incondicional; pero ningún ser humano por más sobresaliente que haya sido no ha podido igualar al hombre más grande y humilde que haya vivido en este mundo: Cristo Jesús. De todos los homenajes, tributos y agasajos dedicados a los grandes pensadores, poetas, científicos y hombres de gran prestigio; el más importante de estos ha sido, es y será el “Homenaje que nosotros mismos ofrezcamos a Jesús”. De seguro debes estarte preguntando: ¿Qué es o qué significa homenajear a Jesús?


Homenajear a Jesús significa ofrecer nuestras vidas en sacrificio constante hacia él; homenajear a Jesús significa recordarlo, amarlo y seguirlo incondicionalmente por todo lo que ha hecho por ti; homenajear a Jesús en pocas palabras es poner nuestros ojos en Jesús. Ahora, te pregunto: ¿Sabes qué es lo que sería ver a Jesús? ¿Sabes lo qué es “poner los ojos en Jesús”? Hermanos hemos pasado todo el lapso de nuestra vida cristiana y espiritual tratando de ser como Jesús. El mundo nunca ha conocido un corazón tan puro, ni un carácter tan impecable. Su oído espiritual es tan agudo que nunca ha perdido un susurro celestial. Su misericordia es tan grande que nunca ha perdido la oportunidad de perdonar. Ninguna mentira salió de sus labios, ni ninguna distracción enturbió su visión. Tocó cuando otros se retrajeron. Perseveró cuando otros se rindieron. Jesús es el modelo máximo y esencial para toda persona. Saben, desde los profetas y predicadores del Antiguo Testamento hasta los oradores de hoy en día, han tratado de hacer lo que Dios insta a cada uno de nosotros hacer “poner nuestros ojos en Jesús”.


El cielo nos invita a que fijemos el lente de nuestro corazón, en el corazón del Salvador y que le hagamos el objeto de nuestras vidas. Para ellos no fue suficiente ver a los ángeles. Usted pensaría que debían haberlo estado. El cielo nocturno se llenó de luz. La quietud prorrumpió en canto. Los humildes pastores se despertaron y se pusieron de pie al coro de ángeles, y juntos exclamaron: “¡Gloria a Dios en las alturas!”. Estos hombres jamás habían visto tal esplendor. Pero no fue suficiente ver ángeles. Los pastores querían ver al que había enviado a los ángeles. Puesto que no se darían por satisfechos sino hasta verlo, podemos rastrear la larga hilera de los que buscan a Jesús hasta el pastor que dijo: “Pasemos pues, hasta Belén, y veamos” (Lucas 2:15). No muy atrás de los pastores había un hombre llamado Simeón. Lucas nos dice que Simeón era un hombre bueno que servía en el templo al tiempo del nacimiento de Jesús. Lucas también nos dice: “Y le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor” (Lucas 2:26). Esta profecía se cumplió apenas pocos días después de que los pastores vieron a Jesús. De alguna manera Simeón supo que el bulto envuelto en frazadas que vio en los brazos de María era el Dios Todopoderoso. Para Simeón ver a Jesús fue suficiente. Ahora estaba listo para morir.


Algunos no quieren morir sin haber visto al mundo. El sueño de Simeón no era tan tímido. No quería morir sin haber visto al que hizo al mundo. Tenía que ver a Jesús. Oró y dijo lo siguiente: “Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, conforme a tu palabra; porque han visto mis ojos tu salvación” (Lucas 2:29-30). Los magos tenían el mismo deseo. Como Simeón, querían ver a Jesús. Como los pastores, no quedaron satisfechos con lo que vieron en el cielo nocturno. No es que la estrella no haya sido espectacular. No es que la estrella no haya sido histórica. Ser testigo del orbe centelleante era un privilegio, pero para los magos no fue suficiente. No fue suficiente ver la luz sobre Belén; tenían que ver la luz de Belén. Fue a él al que fueron a ver. ¡Y triunfaron! Todos triunfaron. Más impresionante que su diligencia fue la disposición de Jesús. ¡Jesús quería que lo vieran! Sea que vinieran del potrero o del palacio, sea que vivieran en el templo o entre las ovejas, sea que su regalo fuera oro o sincera sorpresa… a todos les dio la bienvenida. Busque algún ejemplo de alguna persona que anhelaba ver al infante Jesús y que se le impidió. No lo encontrará. Encontrará ejemplos de los que no lo buscaron, de los que no quisieron poner sus ojos en él. Aquellos como el rey Herodes , que se contentaban con menos. Aquellos, como los líderes religiosos que preferían leer sobre él antes que verlo. La proporción entre los que no lo vieron y los que lo buscaron es de mil a uno. Pero la proporción entre los que lo buscaron y los que le hallaron siempre fue de uno a uno. Todos los que lo buscaron lo hallaron.


Muchos antes que se escribieran las palabras, la promesa fue ratificada: “Dios … es galardonador de los que le buscan” (Hebreos 11:6). Los ejemplos continúan. Considere a Juan y a Andrés. Ellos, también, fueron recompensados. Para ellos no fue suficiente escuchar a Juan el Bautista. La mayoría se hubiera contentado con servir a la sombra del evangelista más famoso del mundo. ¿Podría haber un mejor maestro? Solo uno. Y cuando Juan y Andrés lo vieron, dejaron a Juan el Bautista y siguieron a Jesús. Note la petición que le hicieron. “Rabí”, le preguntaron “¿dónde moras?” (Juan 1:38). Petición audaz. No le pidieron a Jesús que le diera un minuto, o una opinión, o un mensaje, o un milagro. Le preguntaron su dirección domiciliaria. Querían quedarse con él. Querían conocerle. Querían saber que le hacía reír y si alguna vez se cansaba. Querían estudia sus ojos y seguir sus pasos. Querían saber que le hacía volver la cabeza, y que su corazón ardiera y que su alma suspirara. Querían verle. Pero, sobre todo, querían saber: ¿Era Jesús todo lo que Juan dijo que era; y si lo era, qué estaba haciendo Dios en al tierra? No se podía encontrar respuesta a esa pregunta hablando con el primo de Jesús, tenían que hablar con Jesús mismo para conseguir una respuesta aceptable. Pero ¿cuál fue la respuesta de Jesús a estos discípulos? “Venid y ved” (Juan 1:39). No les dijo: “Vengan y echen un vistazo”, ni tampoco “vengan y atisben”. Les dijo: “Vengan y vean”. Traigan su bifocales y binoculares. Este no es el momento para echar vistazos de reojo o atisbos ocasionales. Este es el momento para: “Fijar la mirada en Jesús, el autor y perfeccionador de nuestra fe” (Hebreos 12:2).


El pescador fija sus ojos en el bote . La joven fija sus ojos en el joven. Los discípulos fijan sus ojos en el Salvador. Eso fue lo que Mateo hizo, si ustedes recuerdan, él se convirtió en su trabajo. Según su historial, era un recaudador de impuestos del gobierno. Según sus vecinos, era un pillo, un ladrón muy astuto. Tenía en una esquina una oficina de recolección de impuestos y una mano extendida. Allí estaba el día en que vio Por supuesto, tiene sentido que Jesús pasara tiempo con Mateo. Después de todo Mateo fue una selección de primera clase, perfecto para escribir el primer libro del Nuevo Testamento. Jesús como lo hemos observado en el transcurso de este mensaje solo ha pasado tiempo con tipos grandes en estatura como Mateo, Andrés y Juan. Pero puedo contrarrestar esa afirmación con un ejemplo. Zaqueo. Este individuo distaba mucho de ser un tipo grande. Era pequeño, tan pequeño que no podía ver por encima de la muchedumbre que llenaba la calle el día en que Jesús llegó a Jericó. Por supuesto que la multitud tal vez le hubiera abierto el paso a sus codazos para dejarle llegar al frente, excepto que él, al igual que Mateo, era un cobrador de impuestos. Pero él, como Mateo, tenía en su corazón hambre por ver a Jesús. No fue suficiente quedarse detrás de la muchedumbre. No fue suficiente atisbar con un telescopio lo que estaba pasando. No fue suficiente oír a alguna persona describir el desfile del Mesías. Zaqueo quería ver a Jesús con sus propios ojos. Así que se subió a un árbol para ver a Jesús. Me pregunto si tu estarías dispuesto a hacer lo mismo ¿Te subirías a una rama para ver a Jesús?. No todo el mundo lo haría.


En la misma Biblia en que leemos de Zaqueo subiéndose a una rama, leemos de otro funcionario. A diferencia de Zaqueo, la multitud le abrió paso. Era el “Famoso Joven rico”. Al enterarse que Jesús estaba por allí, pidió su carro último modelo y atravesó la ciudad y se acercó al carpintero. Notemos la pregunta que le hizo: “Maestro, ¿qué cosa buena debo hacer para tener la vida eterna?”(Mateo 19:16). Como quien dice, este funcionario era un hombre con los pies en el suelo. No tenía tiempo para formalismo y conversaciones. De seguro pensó:“Vamos derecho al grano. Tu horario está lleno; lo mismo que el mío. Dime cómo puedo ser salvo y te dejaré en paz”. No hay nada de malo en esa pregunta, pero había un problema en su corazón. Contrastemos su deseo con el deseo de Zaqueo: “¿Puedo subir a ese árbol?” O Juan y Andrés: “¿Dónde moras?”. O Mateo: “¿Puedes quedarte esta noche conmigo?”. O Simeón: “¿Puedo estar vivo hasta que lo vea?”. O los magos: “Ensillen los camellos. No nos detendremos hasta que los veamos”. O los pastores: “Vamos… y veamos” ¿Ve la diferencia? El joven rico quería la medicina. Los otros querían al Médico. El joven quería una respuesta a su acertijo . Ellos querían al Maestro. El joven estaba apurado . Los otros tenían todo el tiempo del mundo. Él se conformo con una soda por la ventana de servicio a los automóviles. Ellos no se conformarían con nada, al menos que tuvieran una cena completa en una mesa de banquete. Ellos querían más que salvación. Querían a su Salvador. Querían ver a Jesús. Eran fervientes en su búsqueda. Una traducción de Hebreos 11:6 dice: “Dios recompensa a los que le buscan fervientemente”. Otra dice: “Dios recompensa a los que le buscan sinceramente”. La versión Reina Valera de 1960 dice: “Dios es galardonador de los que le buscan”. Diligentemente es una gran expresión. Sea diligente en su búsqueda. Busque con hambre, incansablemente en tu peregrinaje.


Que este mensaje no sea uno más que hable a cerca de Jesús y que esta hora no sea la última que utilice para buscarle. Aléjate de la búsqueda insulsa de posesiones y posiciones, y busque a Jesús. Pero para buscar a Jesús, para poder obtener el hermoso privilegio de verlo cara a cara, para fijar nuestros ojos en él, debemos de enfrentar una lucha constante con todo aquello que se interponga en el camino que dirige hacia la salvación. Debemos despojarnos del yo, y tomar nuestra propia cruz, porque solamente así sentiremos el deseo de buscar, homenajear y poner nuestros ojos en Jesús. Cristo dijo: “El que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí” (Mateo 10:38). Toda meta requiere sacrificio y entrega completa de lo contrario el objetivo de ver a Jesús jamás será alcanzado… jamás.


Quisiera ilustrar esto con una pequeña historia: “Allá por Alemania Occidental existe un pequeño pueblo llamado: Omeramergaut, que es famoso porque cada 10 años se representa La Pasión de Cristo, en forma obra teatral en todo el pueblo y cada habitante se convierte en un actor, en un participante de dicho drama. En cierta ocasión una pareja de americanos reservó las entradas con años de anticipación para presenciar la inauguración de al famosa obra teatral. El día había llegado y la pareja estaba muy entusiasmada; y a cada momento tomaban fotografía de esa fantástica actuación. En uno de los interludios, el esposo de dicha pareja decidió que su amada le tomará una fotografía cargando la cruz que en el drama se estaba utilizando. Por más que el hombre intentó colocar la cruz en su espalda, no pudo; el madero era muy pesado, tan pesado que ni tan siquiera pudo moverla. Poco tiempo después el actor que había desempeñado el papel de Jesús durante 4 ocasiones consecutivas le dijo: “Disculpe señor ¿qué es lo que esta tratando de hacer?”. El hombre indignado le respondió: “Oiga, ¿por qué una cruz tan pesada? esto no es algo real, es una imitación, una mentira, un simple acto ficción teatral ¿por qué la cruz debe pesar tanto?. El actor que la hacía de Jesús, le respondió: “Señor sino lo siento, no puedo desempeñar bien mi papel”.


Ahora mi hermano, amolda esas palabras a tu vida cristiana, captas lo que te quiero decir; si Época fue de sórdidas pasiones El pueblo de rencor estaba henchido, Y en el Gólgota, en sombras convertido, Colgaban de sus cruces tres ladrones; A un lado, y en rabiosas contorsiones, Expiraba un ratero empedernido; En el otro un ladrón arrepentido Y en medio un robador de corazones. De luto se vistió la vasta esfera; Gestas, el malo, se retuerce y gime, Dimas, el bueno, en su tortura espera… Y el otro, el de la luenga cabellera, Que sufre, que perdona y que redime, Se robó al fin la humanidad entera.

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Gálatas 6:1-6 


Introducción 


El verdadero creyente no debería de apartarse jamás del Señor (2° Pe. 1:3). Si perdemos la comunión con Dios es siempre culpa nuestra. La restauración llega cuando a un creyente ha caído. Debemos de preguntarnos entonces, ¿Cómo comenzó la caída? Generalmente es un proceso gradual, no un acontecimiento repentino. Placeres inocentes llegan a ocupar el lugar de nuestro estudio bíblico y la oración (el tiempo de/con Dios); compañías mundanas y pecaminosas nos alejan de los asuntos espirituales, pecados sin confesar nublan nuestro sentido del bien y del mal; poco a poco vamos cediendo ante las tentaciones del mundo, la carne y Satanás. 


Cuando vivimos así, pronto será difícil que nos distingan de los inconversos que nos rodean. Le paso a Sansón (Jue. 14-16), Noemí (Rut.1:1-5) y Pedro (Lc. 22:54-62). Intro-Preliminares “Alguno” se refiere a una persona que es igual a todos nosotros, que tiene deseos, pasiones e impulsos tal como nosotros. Enfrenta las mismas tentaciones que enfrentamos nosotros (1 Cor. 10:13). ¿Cómo debemos de actuar cuando un cristiano ha cedido a la tentación, ha tambaleado y ha caído? ¿Cómo debe de responder la iglesia? ¿Cómo debemos de abordar el problema? ¿Tenemos que ignorarlo, echarlo, criticarlo, aislarlo, apartarnos de él, avergonzarlo, difamarlo, censurarlo? 


En esta parte de las escrituras no se especifica ningún tipo de pecado, puede tratarse de uno: pequeño o grande, negro o gris, despreciable o aceptable (para el hombre), dañino o inofensivo. “Sorprendido” parece ser que se trata de alguien tomado por sorpresa o de manera inesperada. “Restaurarle (katartizete)” nos habla de arreglar un brazo o una pierna fracturada o para cortar algo que ha crecido en el cuerpo. Los cristianos debemos de ayudar a nuestros hermanos a…. . Volver a la senda correcta . Corregirlo . Restaurarlo . Conducirlo de regreso . Ayudarlo a cortar de raíz el pecado La forma en que abordemos al hermano caído es de gran importancia, por lo que debemos de hacerlo con el espíritu correcto. El ministerio de restauración es el ministerio del Dios del Amor, ministerio para el cual nos ha llamado, debemos de andar restaurando hombres para el reino de Dios y para una iglesia santa. 


1. Características de un creyente alejado (caído) del Señor. 




  • a) No tiene interés en el estudio de La Biblia o en la oración (1 Cor. 3:1-2) 



  • b) No desea la compañía de cristianos fieles (2 Tim. 4:10) 



  • c) No tiene el deseo de avanzar espiritualmente (He. 5:12) 



  • d) Tiene poco o ningún sentido de dependencia de Dios (Stg. 4:13) 



  • e) No es feliz (Sal. 51:12) 



  • f) Condena a sus semejantes (Mt. 7:3) 



  • g) Finalmente se disculpa a sí mismo (Mal. 2:17) 


2. Siete principios Bíblicos para tratar la caída y la restauración: 


I. Las cuestiones de pecado en la iglesia las manejan hermanos espirituales.


(v. 1) Los creyentes espirituales son los que caminan en el Espíritu de Dios (Gál. 5:22,23), por lo tanto ellos serán los encargados de ayudar en la restauración del caído. Son los que: 




  • Viven conforme al fruto del Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. 



  • Los que viven una vida de sacrificio y de negación propia. 



  • Viven una vida coherente con su postura espiritual. 



  • No vive una vida de super-espiritualidad No se creen los superespirituales): envidia, orgullo, celos, arrogancia, egoísmo….”no se siente el más espiritual de todos” 


II. Acercarse al hermano que ha pecado con espíritu de mansedumbre (v.1)


¡Con cuanta frecuencia se necesita esto! Con demasía lo que se expresa es con espíritu de: dureza, crítica, reprobación, indiferencia, censura, rudeza, murmuración, rechazo. Si abordamos de esta manera, seguramente no ayudaremos a restaurar al hermano, lo único que lograremos es destruirlo. Y la gran tragedia es que haremos les obligaremos a buscar refugio en el mundo. Debemos de acercarnos al hermano con espíritu de mansedumbre (6:1); ser cordial, tierno, cálido, amoroso y cuidadoso. 


III. Debemos de considerarnos nosotros mismos (v.1) 


Todos podemos ser tentados y sorprendidos por el pecado. Debemos de amar y ayudar a nuestros hermanos caídos al igual que quisiéramos ser ayudados y amados. La verbo “considerar” (skopon) significa mirarse así mismo. Debemos de ayudarnos ya que todos estamos sujetos a ser sorprendidos por el pecado. (1 Cor. 10:13) 


IV. Cargar con el peso de la otra persona (v.2) 


Cristo se dio a sí mismo para alcanzar al hombre. Cargó con los pecados del hombre por el hombre. Esto lo haremos siendo: compasivos, cálidos y tiernos, orar, perdonar, dar aliento, etc… 


V. Confesar nuestra propia insuficiencia (v.3) 


A los que llegan a caer se les considera: inadecuados, menos espirituales, menos capaces, demasiado sucios, más débiles, insuficientes. “No siendo nada”… Cristo vino a salvar a los “nada”, es decir, a los pecadores. Todos los hombres son pecadores lo sepan o no, lo acepten o no, incluso los salvos son pecadores. La diferencia con la que cuenta el salvo es que Cristo nos presenta justos delante del Padre. No hay absolutamente ningún lugar para sentirse superior o espiritualmente mejor que los demás. Solo una persona puede sostener eso: JESUCRISTO. Dentro de la iglesia y sus creyentes solo deben de existir las siguientes actitudes: Confesar que delante de Dios somos nada. Confesar que dependemos totalmente de la gracia de Dios. Somos justos porque Cristo nos hace justos. “Cualquier otra confesión es un verdadero engaño”. Cuando estamos convencidos de esto, estamos listos para ayudar y restaurar a otros que se han equivocado. 


VI. Examinar nuestra propia obra y conducta (v.4) 


La palabra “obra” se refiere a nuestra conducta y comportamiento. Debemos de examinar y juzgar nuestras propias vidas y lo de un hermano caído. Debemos de recordar que criticar y juzgar a los demás es pecado. Debemos de medirnos frente a La Palabra de Dios no frente a los demás. 


VII. La puerta siempre esta abierta para la restauración La casa del Padre siempre esta abierta para quien quiera regresar (Lc. 15:20). El camino es el siguiente: I) CONFESIÓN 1) La promesa de Dios es que “Si confesamos….” (1 Jn.1.9) 2) La confesión debe de ser sincera. Debe de haber un verdadero arrepentimiento; cuando llegamos a este punto, no culpamos a otros, ni nos disculpamos a nosotros mismos, sino que confesamos sinceramente nuestro pecado. (Sal. 51). 


3. La confesión debe de ser específica. 


I. El exponer la vergüenza y la maldad de nuestro ser en su presencia será una advertencia a no jugar mas con el mal (Pr. 28:13.) Debemos de abrir los brazos y darle la bienvenida al que se ha arrepentido. Debemos de reintegrarlo a la iglesia, debemos de hacerle saber que si ha pedido perdón a Dios, El ya le ha perdonado y debemos de hacerle saber que es perdonado, perdonado por todos y aceptado por todos en forma amorosa. (2 Ti. 2:25). 


II. RESTITUCIÓN El creyente restaurado deseará reparar con creces el mal cometido. 


III. RESTAURACIÓN Habiendo hecho una completa confesión debemos creer que Dios nos ha perdonado y restaurado. Debemos creer que Cristo nos restaura cuando confesamos nuestro (s) pecado (s). 


4. Conclusión 


Al pasar por un proceso de caída y restauración, seguramente habremos aprendido a alimentarnos diariamente con La Palabra de Dios, a orar, a estar en compañía con los hijos de Dios y a confesarle delante de los hombres. Haciendo esto tendremos nuevamente el gozo de la salvación. Amén.

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Juan 8:31-36


El Mesías introduce en esta porción del evangelio uno de los grandes temas en la vida del ser humano: la libertad. Al hacerlo nos deja asumir que todos los que le seguían anhelaban ser sus discípulos pero no todos llegarían a serlo. Como amante Maestro no nos abandona en la asunción nuestra al carácter heterogéneo que afectaba a su auditorio y que priva hasta el día de hoy entre los miembros de Su iglesia, abandono que de producirse nos condenaría al angustioso e improductivo ejercicio de cuestionarnos, una y otra vez, acerca de quién es el verdadero discípulo. Para beneficio de nuestras almas, Él contesta esta pregunta de manera directa, afirmando que el verdadero discípulo es todo aquel que permanece en Su palabra.(31b) Sin embargo, esta premisa fundamental nos plantea una segunda interrogante: ¿quiénes son los que permanecen en Su palabra? Nosotros mismos ¿podemos contarnos entre los fieles que permanecen en ella? Dejemos que el desarrollo de aquel discurso nos conteste esta pregunta.


Permanece en la palabra de Jesús, todo aquel que la acepta aunque ya sea parte del pueblo de Dios. La queja de los judíos, que se niegan a aceptar condición alguna de esclavitud, denota la convicción de que lo dicho por el Mesías era propicio, propio y oportuno, para los gentiles, para todo aquel que no gozaba del bendito lazo de consanguinidad con el padre Abraham. En su condición de hijos de Israel, ellos no consideraban necesitar emancipación alguna, ellos eran libres por causa de su parentesco con el Padre de la fe. ¿Qué pensamos hoy cuando escuchamos el mensaje de la Palabra en la iglesia, la radio o la televisión? ¿Pensamos que es para los demás? Al fin y al cabo nosotros ya aceptamos a Cristo, ya tenemos ministerio, ya somos hijos de Dios, no necesitamos ya ser libres. Ese mensaje es propicio, propio y oportuno, para los inconversos, para el vecino pecador, el amigo impío, el familiar inconverso. Si queremos permanecer en la Palabra, el mensaje es para nosotros, que parecemos tan libres por fuera pero que por dentro aún podríamos estar cautivos. Al enviarnos Su palabra, Cristo no solo quiere denunciar nuestra cautividad interior sino, sobre todo, recordarnos que Él es el gran libertador, que Él ya proveyó para nuestra plena y total libertad.


Permanece en la palabra todo aquel que acata lo que ésta dice aunque lo que escucha no le gusta. Aquellos judíos habían escuchado fascinados el mensaje del carpintero de Nazareth más de una vez. Se extasiaban ante la fuerza y frescura del mensaje de aquel hombre pero cuando tocó el tema la esclavitud se sintieron aludidos. Entonces rechazaron el mensaje y al mensajero.(37) ¿Alguna vez hemos sido atacados por emociones similares cuando la palabra ha puesto el dedo de Dios en la llaga? Escuchamos embelesados el mensaje y todo es gozo y felicidad hasta que el predicador comienza a hablar de perdonar hasta setenta veces siete; el que quiera ser el mayor deberá ser el más pequeño; gózate con la mujer de tu juventud y no con otra en plena juventud; mujeres someteos a vuestros maridos; ¡no robéis a Dios!. No olvidemos que al rechazar el mensaje tratamos de matar a Jesús porque Él es la palabra. (40)


Finalmente, permanece en la Palabra todo aquel que acepta su promesa de libertad. Cuando la esclavitud fue abolida en los Estados Unidos en el año 1863, el entonces presidente Lincoln, ordenó que el Decreto de Abolición de la Esclavitud fuese publicado en todo el país por todos los medios posibles a fin de que toda la población esclava recibiera la buena nueva. Pero la historia revela que muchos esclavos, en aquel momento libertos por virtud del Decreto Presidencial, decidieron permanecer con sus amos y murieron sin haber conocido un sólo momento de libertad. La condición de libertos les era desconocida y les planteaba un rompimiento con la dependencia de sus amos. El proveerse la vida por sí mismos quizá les pareciera muy complicado porque significaba responsabilidad, condición esencial de toda auténtica libertad. En nuestro tiempo existen personas que le temen a la libertad. Sabiéndose libres por el sacrificio de Jesús en el Calvario han decidido, voluntariamente, permanecer con sus antiguos amos: alcoholismo, lascivia, soberbia, mentira, rencor. Temen abandonarlos porque no se sienten aptos para vivir libres y siguen siendo esclavos allí donde nadie los ve. Pero la puerta de la celda está abierta desde aquel día hace dos mil años cuando Jesús pagó el precio de nuestra libertad. Todo lo que hoy tienen que hacer es asumir su libertad, caminar hacia ella en el Nombre de Cristo, aferrarse a ella con todas las fuerzas de su alma hasta que se perfeccione. No se debe temer a la libertad cristiana pues el Gran Libertador está con todo aquel que permanece en Su palabra.